Cuando me recomendaron asistir a clases de Alexander no sabía de que se trataba. Nadie me supo explicar en que consistía la técnica o como se desarrollaban las clases. Debo confesar que al principio fui con cierto recelo porque no sabía con que me iba a enfrentar. Al empezar las clases entendí inmediatamente el porque nadie me podía explicar en que consistía. Las clases y la experiencia hay que ‘vivirla’, es imposible describir con palabras lo que se hace o lo que se siente y se vive en las clases. Fui a clases asiduamente durante 3 años y hubiese seguido yendo si la divina profesora que tuve no se hubiese ido a Brasil. Yo tuve un tratamiento de radioterapia que me produjo una ‘necrosis en la cabeza del femur’ de mi pierna derecha. No podia caminar correctamente, rengueaba, tenía la pierna rígida y tenía unos dolores terribles. De a poco con Alexander fui aprendiendo a corregir la postura, la forma de caminar, a perder el temor de mover la pierna sin que me doliera. Con el tiempo logré hacer movimientos con la pierna que nunca hubiese imaginado. Aprendí a utilizar la mente para ayudar a los musculos del cuerpo. Incluso hoy en día sigo aplicando los conocimientos aprendidos en todo momento, para tener un mejor bienestar en momentos de rigidez o de dolor. Elizabeth me fue dando todas las herramientas para lograr aprender a utilizar la mente y así conocer y poder trabajar con mi cuerpo. Las clases de Alexander me ayudaron a tener una mejor calidad de vida. Al mismo tiempo intercalabamos sesiones de Terapia Cráneo Sacral, que fue maravilloso para mi. Yo sufro de migrañas tensionales desde que tengo 19 años. Hoy tengo 54. Gracias a la Terapia Cráneo Sacral se me aliviaron los dolores de cabeza, pude reducir la medicación que tomaba e incluso hasta dejé de tomarla. Fue un milagro poder trabajar y vivir sin dolores de cabeza. En mi experiencia personal, estas dos técnicas cambiaron mi vida para mejor, no solo en lo personal sino también en lo laboral.
Tesy (Técnica Alexander)
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Alexander)